Existen seis elementos a tener en cuenta en los procesos de desarrollo de una cultura de seguridad efectiva en las empresas.
- El control personal, que parte por que el trabajador reconozca
que tiene el control de la seguridad y que asuma responsabilidad por
ella.
- El optimismo, que contempla una actitud de esperar siempre lo mejor.
- La autoconfianza del trabajador de creer que sí puede desarrollar una cultura de seguridad efectiva.
- La autoestima, de reconocerse como una persona de valía que debe
protegerse a sí misma y al hacerlo protege el futuro de las personas a
las que más quiere (su familia)
- La pertenencia, que implica sentirse miembro importante de un
equipo (en el trabajo) y de una familia, que lo estima, lo aprecia y lo
quiere.
- La potenciación, que significa la convicción profunda, por parte
del trabajador, de la importancia de la seguridad en el trabajo para
alcanzar las metas y la rentabilidad, pero en el largo plazo.
- Las creencias con respecto a la prioridad de los objetivos de la
empresa (que priorizan el corto plazo versus el largo plazo; la
rentabilidad por encima del ser humano; la rapidez frente a la
precisión).
- Las creencias en relación al mal entendido “respeto” a la
autoridad que pasa por aceptar lo que el jefe ordena aún cuando el jefe
puede estar consciente o inconscientemente faltando a las normas de
seguridad. Ésta creencia se sustenta en un falso sentido de la lealtad.
- La carga emocional y las preocupaciones de la persona que le
generan estrés y ansiedad y que distraen su atención a la hora de
trabajar.
- El nivel de cansancio que la persona pueda experimentar frente
al poco descanso lo cual exige respetar el horario de trabajo, los
turnos y el tiempo de descanso.
- Las creencias con respecto a la vida, dentro de las cuales existen cuatro, vinculadas a enfermedades sicológicas del ser humano: la omnipresencia (puedo/tengo que estar en todas partes. El Blackberry y el internet agravan esta enfermedad), la omnipotencia (yo lo puedo hacer todo), siendo éstas causantes de que la persona esté muy apresurada y no piense antes de actuar; omnisciencia (yo ya me lo sé todo y la persona no desconfía o confía mucho de lo que sabe) e inmortalidad (a mí nunca me va a pasar nada ni me voy a morir). Estos estados sicológicos están presentes en todos los seres humanos en menor o mayor grado, sin ser enfermedad, pero se manifiestan en conductas específicas, inconscientemente, y se agudizan en personas más jóvenes, sobre todo en los menores de 28 años. Es fácil observar cómo estas creencias están presentes en todo ser humano cuando enfrenta elementos de riesgo en su puesto de trabajo.
- Diseño, análisis y comunicación permanente de las normas, políticas, procedimientos y uso de equipos de seguridad; y,
- El trabajo en desarrollo de comportamientos y conductas alineadas con la seguridad.
Es momento de reflexionar en qué etapa del desarrollo de una cultura de seguridad se encuentra tu empresa. Si ya se han hecho esfuerzos en el desarrollo de las normas, políticas y conductas de seguridad y los resultados han sido positivos pero se requiere un salto transformacional en ese sentido, es hora de trabajar de manera más profunda en las creencias limitantes y patrones no observables de los colaboradores y, por lo tanto, de la cultura de seguridad de la organización.
Por Fernando Gil Sanguineti (Perú), Managing Partner,
Jamming, Escuela de Coaching y Desarrollo Organizacional¡, Presidente,
Asociación Peruana de Coaching, APCO FernandoGil.org
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